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¿Pueden las ostras impulsar la recuperación de la bahía de Chesapeake?

La zona muerta de la bahía de Chesapeake

Una vez más, la bahía de Chesapeake, el mayor estuario de Estados Unidos, lucha contra una zona muerta. La zona muerta de este año, que suele producirse cada mes de julio, es la segunda más grande medida desde 1985.

Las zonas muertas, un fenómeno común durante los meses de verano, se producen cuando aumenta la temperatura del agua y desciende su nivel de oxígeno. El agua más caliente, que contiene menos oxígeno que el agua más fría, es sólo una parte de la ecuación que crea la hipoxia.

La bahía de Chesapeake, que abarca 64.000 millas cuadradas y cubre seis estados, está sometida a una serie de actividades humanas que provocan un exceso de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en el agua. El exceso de nutrientes crea el entorno perfecto para la proliferación de algas nocivas que impiden que la luz del sol llegue a las plantas acuáticas que crean oxígeno bajo la superficie.

El exceso de nutrientes y los últimos días consecutivos de temperaturas de tres dígitos que han calentado las aguas de la bahía hasta los 90 grados han creado una zona muerta digna de preocupación, ya que los peces y otras formas de vida acuática no pueden sobrevivir sin oxígeno.

Camino de la recuperación

La bahía de Chesapeake es históricamente conocida por sus zonas muertas anuales, pero se han dedicado años de trabajo a limpiar la bahía y aumentar la calidad del agua. Antes de la zona muerta de este año, la calidad del agua de la bahía era la más alta desde que comenzaron los controles hace 30 años. Como resultado de los esfuerzos de restauración, este año la población de cangrejos se duplicó y las hierbas acuáticas (un buen indicador de contaminación o buena salud del agua) aumentaron a más de 100.000 acres.

En 2010, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. estableció un límite máximo total diario de contaminación en la bahía que limitaba la cantidad de nitrógeno, fósforo y sedimentos que el agua podía soportar antes de que dejara de ser apta para la vida acuática.

Este límite ha obligado a muchos a tomar medidas para reducir la cantidad de contaminación que entra en el agua, lo que ha aumentado su calidad con el tiempo. Aunque los resultados de este año sobre la calidad del agua eran dignos de celebración, al menos al principio, aún queda trabajo por hacer y algunos piensan que las ostras podrían ayudar a conseguirlo.

¿Pueden las ostras ayudar a limpiar la bahía de Chesapeake?

Las ostras y los moluscos actúan como depuradores naturales del agua y muchos los han considerado una forma rentable de limpiar las vías fluviales. Según un estudio reciente de The Nature Conservancy y el Instituto de Ciencias Marinas de Virginia, por cada 100.000 ostras cultivadas y recolectadas anualmente se eliminarían dos kilos de contaminación por nitrógeno y fósforo de las aguas de la bahía de Chesapeake.

Aunque no se trata de una solución global a los problemas de calidad del agua de la bahía, un aumento de la acuicultura de ostras puede ayudar a impulsar la recuperación de la bahía junto con los demás esfuerzos de restauración ya en marcha.

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